Contrariamente a la opinión pública de que los frutos de las pequeñas empresas son los mejores, creo que es al revés, porque las grandes empresas simplemente tienen las posibilidades técnicas de clasificación y envasado.
La mayoría de nuestros estudiantes rechazan en principio la “la agricultura industrial”. La realidad es que podemos producir y distribuir los mejores productos de forma más rentable y sostenible en unidades más grandes.
Hace tiempo que utilizamos robots en la pulverización, ya que estos procesos no son tan exigentes desde el punto de vista técnico. Con la “visión artificial” se puede hacer mucho aquí. Así que no hay tratamiento donde no hay árbol, lo que ahorra aerosoles y dinero.
Algunos robots ya están en uso en el Estado de Washington para cortar y rociar manzanas y peras

y como se ha dicho, “el robot cosechador puede venir todos los días”. Soy escéptico porque no es fácil reemplazar la mano humana del recolector. Se trata de un alto nivel técnico y de arte mecánico.
Están los pequeños movimientos de la mano, está la longitud del brazo, luego el producto como las manzanas y también la suave puesta en el suelo. Pero en mi opinión el mayor obstáculo es la suciedad y el polvo en los campos. En condiciones de laboratorio todo está impoluto, pero en el campo es otra cosa.
Sigo oyendo a productores que están muy eufóricos con respecto a la robotización. Lo que los productores no se dan cuenta sin embargo, es el hecho de que un día los ayudantes electrónicos se harán superfluos ya que la mecanización completa sólo vale la pena para las empresas de más de 400 hectáreas (1.000 acres); las inversiones son enormes.