El transporte de productos frescos en contenedores refrigerados es una carrera contra el tiempo. Mantener una temperatura estable y garantizar una circulación de aire eficiente es fundamental para que la carga llegue en óptimas condiciones a su destino. Sin embargo, muchos exportadores enfrentan un problema crítico pero invisible: los puntos calientes dentro del contenedor.Los puntos calientes en los contenedores refrigerados: Un problema crítico pero invisible

¿Qué son los puntos calientes y por qué afectan la calidad de la carga?
Los puntos calientes son áreas dentro del contenedor donde la temperatura se eleva por encima del rango recomendado, comprometiendo la calidad del producto. Estos se generan principalmente por una circulación de aire deficiente causada por la reducción en la velocidad de los ventiladores debido, por ejemplo, a sistemas de optimización energética o una estiba inadecuada. Esto deriva en diversos tipos de problemas físicos y orgánicos en la carga que se transporta y redunda en pérdidas económicas, algo que toda la cadena logística busca justamente evitar.
El aire frío que ingresa a través de la unidad de refrigeración debe distribuirse uniformemente por todo el contenedor, siendo esta la clave de un control eficiente. Sin embargo, si el flujo de aire se ve obstaculizado, algunas zonas pueden sobrecalentarse, acelerando la maduración y deterioro de productos perecederos como uvas, cerezas y arándanos, entre otros productos perecederos altamente sensible a estas variaciones.

El impacto de los algoritmos de ahorro energético en la refrigeración
Muchas navieras han implementado sistemas como QUEST (Quality and Energy Efficiency in Storage and Transport) para reducir el consumo de energía de los contenedores. Estos algoritmos ajustan la potencia del compresor y la velocidad de los ventiladores para minimizar costos operativos. No obstante, esta optimización puede generar una menor circulación de aire, aumentando la probabilidad de formación de puntos calientes.
La reducción del flujo de aire afecta negativamente la conservación de productos perecederos, ya que variaciones de tan solo 2°C pueden impactar significativamente su vida útil. Esta situación exige una revisión cuidadosa de la efectividad real de estos sistemas en la preservación de la calidad de la carga.
En nuestra experiencia, estos sistemas autónomos de energización pueden también implicar nuevos puntos de riesgos, no sólo por el suministro propiamente tal, sino también por su continuidad, potencial alteración frente a episodios de desconexión, programación deficiente, u otros. Así, por tanto, lo que representa un avance técnico se abre también como una opción de riesgo que se debe conocer y gestionar.

Falta de medidas preventivas por parte de las navieras
Cada año, las pérdidas por daños en la carga perecible ascienden a millones de dólares, lo que genera reclamaciones tanto a transportistas como a aseguradoras u otros intervinientes en la cadena logística. Sin embargo, a pesar de estos costos, las navieras no han implementado medidas preventivas eficaces para reducir estos riesgos.
No existen capacitaciones especializadas ni estudios detallados por parte de las empresas de transporte marítimo para abordar esta problemática. Aunque los manuales de uso de compañías como Starcool ofrecen configuraciones avanzadas, como la modificación de tiempos de defrost y velocidad de los ventiladores, estas opciones rara vez se adaptan a las necesidades específicas de cada carga ni se dan como opción al momento de realizar una reserva.
El problema de fondo, en nuestro criterio, radica en que la temperatura muchas veces se suministra como un commodity, siendo que, en rigor, se trata de una condición técnica, necesaria para la correcta custodia y conservación de la carga, obligaciones que la ley le impone al transportista.

Precedentes judiciales sobre daños por temperatura
La responsabilidad de las navieras en la pérdida de calidad de la carga perecible debido a fallos en la refrigeración ha sido confirmada en instancias judiciales. Un ejemplo de ello es la sentencia del 3° Juzgado Civil de Santiago en la causa C-19585-2013, donde se estableció lo siguiente:
«Que, de este modo, se observa que la falta de refrigeración se produjo estando aún la carga en custodia de la Compañía Sudamericana de Vapores S.A. (artículo 983 del Código de Comercio en relación al conocimiento de embarque), no habiéndose acreditado, por insuficiencia de prueba, que alguna de las demandadas haya realizado las acciones pertinentes para restablecer la cadena de frío y evitar el daño de la fruta, para eximirse de responsabilidad en conformidad al artículo 984 del Código de Comercio y art. 5 de las Reglas de Hamburgo.»
Este fallo confirma la importancia de una correcta gestión de la temperatura y circulación de aire dentro del contenedor refrigerado para evitar pérdidas y responsabilidades legales.

Estrategias para prevenir la formación de puntos calientes
Para mejorar la eficiencia del transporte y preservar la calidad de la carga, se recomienda implementar las siguientes medidas:
* Uso de tecnologías de distribución de aire: Implementar sistemas como Otflow o RAFT para mejorar la uniformidad de la temperatura.
* Monitoreo constante de la temperatura: Utilizar sensores en distintas zonas del contenedor para identificar y corregir variaciones térmicas.
* Evaluación de los algoritmos de eficiencia energética: Revisar si la activación de sistemas como QUEST compromete la ventilación y la conservación del producto.