ENTREVISTA: CAFI y los desafíos a enfrentar para garantizar el suministro fruticola tras brote de COVID-19
Tras el brote del COVID-19 en Argentina y el resto de Latinoamerica, la Cámara de Fruticultores Integrados -CAFI- ha tenido que enfrentar diversos desafíos para seguir asegurando la exportación de peras y manzanas
Ante esto, el gerente general de CAFI, Marcelo Loyarte, comentó a PortalFrutícola.com que, a partir de la declaración de cuarentena en todo el país, y al haber sido declarado el sector frutícola como un servicio esencial, continuar con el trabajo representó un gran desafío para la industria.
“El sostener la continuidad de la cosecha, empaque y logística representó el desafío; y para eso hubo que sortear una serie de inconvenientes en los primeros días (asegurar la fluidez del transporte, la provisión de materiales de empaque, etc)”, comentó.
Sin embargo, agregó que gracias al trabajo en conjunto con los organismos oficiales, la mayoría de los desafíos y/o inconvenientes pudieron ser resueltos.
“Lo que sí hemos hecho es mantener una comunicación fluida con el gobierno nacional para ir informándoles cuáles son los inconvenientes que se van resolviendo y cuáles los que aún restan resolver”, explicó.
La importancia de mantener operativa la cadena frutícola
Loyarte expresó que, en el contexto sanitario del Covid-19, uno de los alimentos más importantes son las frutas.
“Las frutas representan un alimento esencial en una dieta saludable cuando la gente está en las casas con poca actividad. Enfrentar el sedentarismo implica entre otras cosas, el consumo de frutas y hortalizas y la hidratación, según los especialistas”, comentó.
Para Loyarte, que las personas puedan acceder a manzanas y peras en esta nueva realidad, es el rol que ellos deben cumplir.
“Estamos empezando a recibir señales de reconocimiento de la sociedad por el cumplimiento de ese rol. Que las pocas veces que pueden ir a una verdulería o supermercado vayan a buscar las frutas y estén ahí, es el desafío”, aseguró.
Dificultades y medidas de precaución
Después de que se decretara cuarentena en Argentina, CAFI decidió identificar y anticipar las dificultades.
En general, Loyarte comentó que el foco se estableció en asegurar la fluidez de toda la cadena. Es decir, desde la cosecha hasta el empaque, la conservación y la logística. “Desde luego teniendo como prioridad asegurar el cuidado de la gente frente al virus, aspecto sobre el que ya se había trabajado”, comentó Loyarte.
Asimismo, debido a que una de las medidas del gobierno argentino fue que las personas con más de 60 años, embarazadas y con enfermedades de riesgo no trabajen; cada empresa fue rearmando su organización.
“Con el paso de las horas, y gracias al trabajo que se realizó con SENASA, se pudo ir viendo cómo, con menos personal, se podían atender todos los camiones que estaban previstos controlar y despachar”, contó el gerente general de CAFI.
Agregó que “tenemos que reconocer la disposición de las autoridades y el personal para ir resolviendo sobre la marcha los problemas.
Así los primeros días se pudo cargar lo previsto”.
Otro desafío que enfrentaron los productores fue el hecho de que los transportes pudieran efectuar el recorrido necesario en algunas provincias donde se prohibió el tránsito; tema que según Loyarte de a poco se fue resolviendo.
También tuvieron que asegurar la disponibilidad de los insumos críticos para la industria, es decir, cajas, bandejas, envases de madera, entre otros.
“Lograr que esos sectores fueran también incluidos como sector crítico para que puedan trabajar y transportar sus productos fue otra premisa”.
Argumentó que “estamos viendo una gran disposición de toda la cadena frutícola. En primer lugar, del personal de las empresas y también los organismos del Estado; despachantes de Aduana, transportistas, auxiliares, personal de las empresas, municipios y gobiernos provinciales. Todos estamos frente a este gran desafío: cuidarnos y que los consumidores tengan sus manzanas y peras”.
En cuanto a las medidas de precaución tomadas para prevenir el contagio entre quienes realizan las labores frutícolas, Loyarte enfatizó que “hay que recordar que la cadena frutícola ya venía cumpliendo y certificando normas de inocuidad, tanto nacionales como internacionales; lo que representó una base muy importante”.
Además, se cumplieron con las normativas nacionales y provinciales; junto con los protocolos que cada empresa diseñó de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
“En esos protocolos también se previó la vinculación con terceros como transportistas y proveedores”, explicó Loyarte.
Finalmente, Loyarte enfatizó que las “circunstancias actuales dejan en claro la importancia del sector frutícola como sector proveedor de un alimento fundamental; y en tal sentido tenemos que seguir trabajando todos los días para que la gente acceda a él”.
Asimismo, debido a que una de las medidas del gobierno argentino fue que las personas con más de 60 años, embarazadas y con enfermedades de riesgo no trabajen; cada empresa fue rearmando su organización.
“Con el paso de las horas, y gracias al trabajo que se realizó con SENASA, se pudo ir viendo cómo, con menos personal, se podían atender todos los camiones que estaban previstos controlar y despachar”, contó el gerente general de CAFI.
Agregó que “tenemos que reconocer la disposición de las autoridades y el personal para ir resolviendo sobre la marcha los problemas.
Así los primeros días se pudo cargar lo previsto”.
Otro desafío que enfrentaron los productores fue el hecho de que los transportes pudieran efectuar el recorrido necesario en algunas provincias donde se prohibió el tránsito; tema que según Loyarte de a poco se fue resolviendo.
También tuvieron que asegurar la disponibilidad de los insumos críticos para la industria, es decir, cajas, bandejas, envases de madera, entre otros.
“Lograr que esos sectores fueran también incluidos como sector crítico para que puedan trabajar y transportar sus productos fue otra premisa”.
Argumentó que “estamos viendo una gran disposición de toda la cadena frutícola. En primer lugar, del personal de las empresas y también los organismos del Estado; despachantes de Aduana, transportistas, auxiliares, personal de las empresas, municipios y gobiernos provinciales. Todos estamos frente a este gran desafío: cuidarnos y que los consumidores tengan sus manzanas y peras”.
En cuanto a las medidas de precaución tomadas para prevenir el contagio entre quienes realizan las labores frutícolas, Loyarte enfatizó que “hay que recordar que la cadena frutícola ya venía cumpliendo y certificando normas de inocuidad, tanto nacionales como internacionales; lo que representó una base muy importante”.
Además, se cumplieron con las normativas nacionales y provinciales; junto con los protocolos que cada empresa diseñó de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
“En esos protocolos también se previó la vinculación con terceros como transportistas y proveedores”, explicó Loyarte.
Finalmente, Loyarte enfatizó que las “circunstancias actuales dejan en claro la importancia del sector frutícola como sector proveedor de un alimento fundamental; y en tal sentido tenemos que seguir trabajando todos los días para que la gente acceda a él”.
Fuente: www.portalfruticola.com
Nota: Los artículos de terceros publicados no necesariamente reflejan la opinión de la Cámara, su publicación intenta reflejar la diversidad de visiones.